Nos juntamos con Ana, payasa por naturaleza, tierna y sabia, para organizarnos y seguir aportando cosas al numero que íbamos a regalar.
Entrando al hospi saludamos a nuestra amiga la fuente que dispara tres chorros de agua, y nos dijimos fuerza .
Una vez dentro caminamos hasta la cafetería del hospital, donde estaba Tomas, hablamos de nuestros proyectos futuros y no tan futuros.
En la mesa de enfrente estaba ella, una amiguita de Tomas, mirando, buscando muy intensamente como si lo conociera, pero dudaba, claro el no llevaba su nariz todavía.
Partimos a nuestro cuartito mágico donde transmutamos, donde dejamos nuestras ropas comunes para ponernos las que nos hacen tan bien, las que nos permite jugar sin trabas.
Empezamos paseando por los pasillos, llenando los espacios vacios con risas, padres, niños, todos en conexion iluminando el camino.
Hasta que llego el gran momento, la habitación con Adriáno un niño de 10 años que nos recibió con alegría y mucha curiosidad, con Ana estábamos felices de haberlo encontrado era El, el doctor super mega importante del mundo todo entero, asi lo hicimos sentir y nos respondió, nos firmo un autógrafo con un orgullo que nos ilumino. Dispuesto, abierto a recibir, conectado con todo y dejándose mimar, Adriano nos dio mucho y lo mas hermoso nos permitió dar .
Luego nos fuimos en busca de mas y llego el momento de Paco esa ya es otra historia.
GRACIAS.
Bambu Ki.
Entrando al hospi saludamos a nuestra amiga la fuente que dispara tres chorros de agua, y nos dijimos fuerza .
Una vez dentro caminamos hasta la cafetería del hospital, donde estaba Tomas, hablamos de nuestros proyectos futuros y no tan futuros.
En la mesa de enfrente estaba ella, una amiguita de Tomas, mirando, buscando muy intensamente como si lo conociera, pero dudaba, claro el no llevaba su nariz todavía.
Partimos a nuestro cuartito mágico donde transmutamos, donde dejamos nuestras ropas comunes para ponernos las que nos hacen tan bien, las que nos permite jugar sin trabas.
Empezamos paseando por los pasillos, llenando los espacios vacios con risas, padres, niños, todos en conexion iluminando el camino.
Hasta que llego el gran momento, la habitación con Adriáno un niño de 10 años que nos recibió con alegría y mucha curiosidad, con Ana estábamos felices de haberlo encontrado era El, el doctor super mega importante del mundo todo entero, asi lo hicimos sentir y nos respondió, nos firmo un autógrafo con un orgullo que nos ilumino. Dispuesto, abierto a recibir, conectado con todo y dejándose mimar, Adriano nos dio mucho y lo mas hermoso nos permitió dar .
Luego nos fuimos en busca de mas y llego el momento de Paco esa ya es otra historia.
GRACIAS.
Bambu Ki.